lunes, 26 de abril de 2010

Sed de coherencia


A cierta altura de tu vida te das cuenta de lo contradictorio de la misma. No me refiero debatir sobre grandes principios que a todo el mundo le encanta usar y teorizar sobre su aplicación, su significado , etcétera y que al final , digo, acaban siendo inútiles por su frecuente uso, a saber : cuando hablamos de la vida justa e injusta, la vida opulenta o la pobreza, la vida en valores o carente de toda ética, los avances sociales contra los egoísmos. Pues bien, no hablo de esto, hablo de cosas cotidianas, de lo contradictorio de las actitudes, de los semblantes, de lo que puede parecer seguro o firme y por el contrario esta envuelto en miedo, de la aparente confianza o soporte que supone un gesto o un semblante y del contenido frágil que en realidad recoge, de lo áspero, lejano y seco que puede parecer un carácter siendo de verdad suave, cálido y tierno en la oscuridad de una noche, o por el contrario de lo bonita que puede ser una sonrisa pero en el fondo venir cargada de mala leche, es a eso a lo que me refiero.

Todas estas paradojas, todas estas contradicciones quizá hayan hecho de mi con el paso de los años y a base de escarmientos un tipo raro e inusual , alguien que parece no cuadrar en los tiempos en que vivimos. Es cierto que mi máxima es intentar aplicar mi código ético a todos los órdenes de mi vida de forma más o menos coherente y no miento si digo que en mi opinión en absoluto lo hago de forma meticulosa sino con cierta horma (aunque claro para el personal si que suele ser meticulosidad machacona o perfeccionismo). Quizá ese sea mi gran defecto que lo que para mí suele ser importante o muy importante por cuestión de educación o ética para la mayoría de la gente al uso no es más que una simple mentira ( necesaria en la mayoría de los casos), una simple contradicción ( pero simple no nos rasguemos las vestiduras) o una burda incoherencia pero en absoluto grave ( en fin que no hace falta tirarse de los pelos), no faltaba más.

Puestos así me quedan dos opciones calmar mi sed de coherencia extrema y reírme de la chapa que doy mientras cañeo con mis amigos o cabrearme como un poseso y subirme al Moncayo a pastar junto a las cabras.

Ni que decir tiene la opción que he elegido, no hay color con lo que a mi me gusta el cañeo.

¿ A qué distancia estará el Moncayo de Madrid?

http://www.youtube.com/watch?v=SaNt9-QkiHI&feature=related


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